EL PAPA FRANCISCO NOS DESAFÍA NUEVAMENTE.
En las familias se aprenden las cosas que nos acompañarán toda la vida. En ellas se forman nuestros valores. Y, sobre todo, es el lugar donde primero descubrimos el amor. El cariño de nuestros padres y hermanos son reflejo del amor de Dios. Amar y ser amados nos humaniza, nos ayuda a reconocer el amor de Dios.
Vivamos en amor en nuestras familias y acompañemos aquéllas que necesitan dialogar, perdonarse, comunicarse, afianzar vínculos... Recordemos que la familia es una de nuestras prioridades de misión.